Patria y democracia
1. Patriotismo es amar a tu país, identificarte
afectivamente con un grupo de cosas tangibles e intangibles que encontrastes,
encuentras y encontrarás en ese país que nacistes. Desde la lengua materna
hasta el cementerio en el que quisieras que tu tumba yaciera. El patriotismo no es un sentimiento o una
identificación excluyente, no es posible amar la patria en la que nacistes o
vives y al mismo tiempo odiar las demás patrias, las demás culturas y los demás
pueblos. Ghandi y Martí decían que patria es humanidad, superando así el
complejo colonialista que inevitablemente se enraizaba en naciones como la
India o Cuba. El patriotismo contiene
una conciencia de resistencia, pero nunca de expansión y de odio hacia los
otros pueblos. Cuando amas a tu patria, amas la patria de todos los hombres y
mujeres del mundo. Se trata de un sentimiento nada “espontáneo y puro” como
suponen algunos que les cuesta ver las diferencias que dialéctica e históricamente
suponen la relación entre patria y nación, entre nación y Estado, y entre
nación y pueblo. La patria es un referente colmado desde el punto de vista
sentimental-afectivo y “vacío” desde el punto de vista ideológico. Es por eso
que el concepto patria ha sido la punta de lanza de todos los nacionalismos de
izquierda y de derecha y fundamentalmente de
toda ideología nacionalista. Y en cada momento de la historia moderna
los políticos vencedores del Estado la han pretendido utilizar para sus fines. Y
también, desgraciadamente, la mayoría de las veces le han sacado el máximo
provecho en detrimento de sus propios pueblos.
2. El patriotismo no es una ideología, ni tampoco un
sentimiento de fatalidad, sino una plaza de partida con y desde la cual puedes
dialogar incesantemente en relación con las múltiples culturas y “patrias” del
mundo.
3. Hoy día, algunos teóricos se empeñan en invalidar la
noción de patria, mientras otros que no son tan “postmodernos” ni teorizan
demasiado, han borrado de su mapa de operaciones estratégicas la posibilidad
que tienen los sujetos de cualquier latitud del globo terráqueo, incluso en una
sociedad global, sentir que la idea de patria tiene sentido. De hecho los
primeros, los teóricos, afirman que justamente porque vivimos en la era de la
globalización no tiene ningún sentido hablar de patria, de nación. ¡Todo está
en cuánta “mecánica de contorsión estratégica” emplees en la relación de lo “local”
con lo “global” y la emplees con éxito o fracaso! Lengua pérfida que no dice
absolutamente nada. Me parece más evidente que tales nociones salen a relucir,
a sentirse más escuchadas en el interior de las sociedades, a ser
problematizadas no en favor de su disolución, sino más bien en la adición de
contenidos y en su explicación en un marco de relaciones más abierto y comlejo.
4. Dicho así, el patriotismo no se opone a un auténtico
internacionalismo que sólo puede ser practicado horizontalmente entre
voluntades y agencias que no se encuentre supeditadas a la razón de Estado, ni
a voluntades despóticas. El internacionalismo es la capacidad de los pueblos de
practicar la solidaridad y la ayuda mutua bajo condiciones de consenso
horizontal y democrático en una sociedad donde cada vez más las interacciones
entre las naciones, entre las diferentes culturas se hace más evidente e
inevitable.
5. El patriotismo, en buena lid, es algo más que ser
patriota, es saber localizar tu país en el mapa sin tapar con el resto de la
mano la existencia de las demas patrias. El patriotismo no puede identificarse jamás
con invadir pueblos, en nombre de la libertad o de cualquier otro principio. El
patriotismo no puede identificarse jamás con el fascismo, ni con cualquier otra
forma del totalitarismo. Porque el patriotismo es de naturaleza democrática o
no es patriotismo. Solamente tiene sentido amar a tu patria, si en todo momento
deseas que tu patria sea libre, libre de agentes foráneos que la hayan
usurpado, libre de déspotas nativos que igual la hayan usurpado.
6. Democracia y patriotismo sólo te puede conducir como
relación a un deseo de libertad del país que te vio nacer o del país donde
vives. Democracia significa en todo momento capacidad de ser libre aquí y ahora
en la medida que toda la sociedad este organizada para priorizar un grado mayor
de libertades para cada los ciudadanos. Un mayor equilibrio entre las fuerzas
del mercado y las instituciones del Estado en relación con la sociedad de
manera que los ciudadanos no tengan que sucumbir a las leyes económicas del
mercado, ni supeditarse a la razón de Estado. Que la sociedad sea el epicentro,
a la que tanto el mercado como el Estado deban servir.
7. No existen diferentes “modelos de democracia”, la
democracia en sí misma es el modelo político archipensado y archiaplicado en la
Atenas de Pericles, bajo las incomparables condiciones –en relación con la
situación actual- del siglo V antes de Cristo en la llamada Grecia Clásica; y
vuelto a archipensarse, reformularse y establecerse en el centro de la
modernidad occidental. Y desde hace dos
siglos ha devenido patrimonio universal de la humanidad. Hablar de democracia
participativa, consultiva, deliberativa, popular, protagónica, o como queramos
llamarle, sin tener como referente axial el historial nuclear de las
democracias realmente existentes –y por supuesto, sujeto a aplicación crítica
de acuerdo a las condiciones, excepciones y especificidades de cada sociedad-
es absurdo. La supuesta democracia socialista nunca existió, especialmente
porque los “socialistas” en cada giro de la historia no permitieron que
existiera, o no tuvieron el valor de aplicarla.
8. La democracia no es ni capitalista, ni socialista,
ni occidental, ni ni post-oocidental. Es un régimen en tanto sistema de
procedimientos con el cual cada sociedad puede organizarse social, económica y
políticamente con el objetivo de vivir como lo desean sus ciudadanos. Como es
un sistema real con implicaciones de riesgos nada fáciles y con aspiraciones
concretas, precisa de determinados presupuestos prácticos y téoricos.
9. El patriotismo y la democracia no son patrimonio
exclusivo ni de la izquierda, ni del centro ni de la derecha, ni de ningun
grupo que reclame bajo el regimen del espectaculo mediatico y otro recurso la exclusividad
de la patria o de la democracia. Es patrimonio histórico de todos los pueblos
que han luchado, luchan y lucharán contra los imperios despóticos y contra los
déspotas. Son valores que se defienden o se ofenden, son valores que se afirman
en el diálogo y la inteligencia, o se pisotean con el aislamiento y la idiotez
política.
10.Nadie hasta ahora ha podido desmentir esta verdad
que vibra en los pueblos y en los hombres que han luchado por su libertad: ¡LA
PATRIA ES DE TODOS! ¡LA DEMOCRACIA ES CON Y PARA EL BIEN DE TODOS!